Páginas

domingo, 24 de enero de 2016

La culpabilidad

Por volver al trabajo. Por dejar a los niños llorando. Por querer hacer cosas para ti. Por no tener más tiempo para ellos. Por estar deseando que se duerman. Por gritarles. Por no tener tiempo para tus amigas. Por querer tener tiempo para tus amigas. Por estar cansada. Por llegar al trabajo con la hora pegada. Por cenar de pie en cinco minutos. Por no organizarte. Por sentir que cuando llegas al trabajo llevas ya una jornada laboral encima y vas a estar unas horas un poco más tranquila. Por acordarte de que tus pequeños están con otras personas y no sabes qué están haciendo ni si están bien.

La culpabilidad, vaya sentimiento. No conozco a muchos padres que se sientan así cuando vuelven al trabajo, cuando dividen las horas del día entre las tareas por hacer y no les salen las cuentas. Imagino que con una baja paternal de dos semanas no da tiempo a plantearse nada de esto.

No llevo quince días trabajando y ya siento que no me llega la camisa al cuello. He pensado cien veces que tenía que haberme quedado en casa más tiempo. Y  otras cien que podía haberme incorporado antes y quizá todo habría sido más sencillo.

No hay respuestas ni soluciones. Siempre va a ser duro y vamos a seguir sintiéndonos culpables. Aunque intentemos hacer lo mejor, aunque lo hagamos lo mejor posible.

Ojalá en unos años sea un poco más fácil. Nos (ya les) enseñen que nuestras decisiones son válidas y no las cuestionen. Y nos dejen elegir. Pero, sobre todo, que se destierre esa culpabilidad que las mujeres cargamos como una losa. No somos perfectas. Ni falta que nos hace.

No hay comentarios:

Publicar un comentario