lunes, 16 de marzo de 2015

La mami

Hubo un tiempo en el que yo era algo más que la mami. Comencé siendo hija, a la par que nieta, sobrina e incluso prima.

Unos años después ascendí a hermana y, aunque no soy tía carnal, sí que tengo algún sobrino segundo.

Tardé un poco más en convertirme en pareja de, porque esposa no soy. Y la familia política la tengo lejos, así que como si nada. 

Pero un día te conviertes en madre. 

Al principio casi no lo notas, la primera que me llamó mamá fue la enfermera de mi Chicote, que me iba dando instrucciones en cada revisión del pequeño: Mamá, quítale la ropita; Mamá, si llora le soplas la cara; a ver Mamá, dame el librito de las vacunas. Y, claro, que te llame mamá una señora que te saca veinte años no es precisamente lo que habías soñado respecto a la maternidad. 

Pasan varios meses hasta que tu bebé, que es un traidor y seguramente ya diga papá, comienza a llamarte mami. Luego, cuando lo empieza a gritar por las noches para que acudas a su cunita casi echas de menos cuando lloraba indiscriminadamente y podías decirle al Padre de las Criaturas que fuese él. Cuando grita mamá el nene, se acabaron los turnos.... 

Pero llega un momento, que en mi caso fueron los dos años del Chicote, en el que solo puedes ser su mami.

Cuando la abuela le dice que yo soy su hija él grita: No, es mi mami!!!

Si la tía le explica que soy su hermana, él replica: No, es mi mami!!!

Si el padre de la criatura se me acerca, entonces mi Chicote hace lo imposible por ponerse en medio, le da puñetazos, le aparta la cara y con todas sus fuerzas chilla: No, es mi mami!!!!!!

Tengo que grabar estos momentos para cuando dentro de unos años me cierre la puerta de su habitación en las narices si le pido un besito...

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