viernes, 8 de enero de 2016

Las adopciones

Hace unos días descubrí un blog. Es este. Está escrito por un matrimonio que narra su experiencia con la adopción. Todo el proceso. Yo empecé por el final, un final muy feliz, porque ahora tienen una niña y un niño chinos. Preciosos, pero, sobre todo, felices. 

El principio no es tan alegre. Dos años (desde que empezaron a contarlo, pero hay bastantes más antes) de esperas, incertidumbres y esperanzas. Y muchas reflexiones. Y decisiones difíciles. Ellos optaron por la adopción internacional tras intentarlo en España. Y entre sus peticiones iban las de niños con necesidades especiales (no recuerdo si es esa la terminología exacta) Hablan de las reacciones de otras personas al enterarse, de las de su propia familia. Y, de algo que me ha llamado poderosamente la atención. La madre se plantea, en muchas ocasiones, si hace bien sacando a la niña de su ambiente, desarraigándola. Creo que es un pensamiento muy generoso. Como todo lo que se lee (y se intuye) en el blog.

A veces se tacha a las personas sin hijos de egoístas. Me parece una tontería. No creo que nadie sea más egoísta ni más generoso por decidir, o no, tener hijos. Es algo que unas personas quieren, desean y anhelan y otras no. Nada más. Pero que una pareja lleve tantos años intentándolo, que recorran medio mundo y que no les importe si su hijo va a tener alguna minusvalía es algo admirable. Cuántas noches en blanco pasarían pensando en esos hijos que por fin tienen en casa. 

Por eso me da mucha pena que sea tan difícil adoptar. Está claro que tener hijos es la mayor responsabilidad que se puede tener en la vida. Pero biológicamente mucha gente los tiene y no está, ni mucho menos, tan preparada como otros que no pueden y pasan años intentando adoptar. Para conducir te piden carné pero (casi) cualquiera puede ser padre.

Cualquier niño se merece una protección, una familia que vaya a quererlo y a cuidarlo, ¿por qué lo hacen tan difícil? Que alguien vaya a meterse en tal berenjenal ya presupone (digo yo) buenas intenciones y (muy) altas dosis de amor. Un proceso más sencillo y menos burocrático no estaría mal. 

Hace unos años tuve un alumno de nombre ruso y apellidos españoles. Lo habían adoptado con diez años junto con dos hermanos adolescentes. Los niños eran difíciles y la madre se había separado., dejando a los chicos al cuidado del padre, un señor algo mayor y bastante superado. La Jefa de Estudios del instituto donde trabajaba nos citó a algunos profesores del niño para hablar con el padre, que estaba pensando en devolverlos. O la palabra técnica equivalente. No lo hizo. 

Estoy con Susana (la autora del blog) en que ser madre es mucho, mucho más que un hecho biológico. 


2 comentarios:

  1. Querida Marta: gracias, mil gracias por haber leído nuestro blog y hablar con tanta delicadeza de un tema tan normal y desconocido al mismo tiempo. También por dedicarnos un tiempo tan valioso para escribir y compartir nuestras reflexiones. Espero poco a poco ir leyendo el tuyo también (conforme me dejen tiempo mis fieras).
    Comparto al 100% tus reflexiones. No entiendo la burocracia que impide que familias preparadas no puedan tener hijos por la vía de la adopción. Ahora mismo tenemos a unos amigos que están pasando por el amargo momento de no saber si podrán ser padres por esta vía. Es amargo y terrible. Quita el sueño verlos a ellos sufrir pero más quita el sueño el saber que a nivel burocrático, muchos niños nunca pòdrán ser adoptados por temas de "papeles".
    Un abrazo muy fuerte.

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    1. Gracias a ti por contar tu experiencia y no perder nunca la esperanza. Un abrazo para los cuatro!!!

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