jueves, 4 de febrero de 2016

La casualidad

Fue con todo el asunto Bescansa. Leyendo un comentario a un artículo que hablaba sobre la iniciativa de llevar a su bebé al congreso, me encontré con un blog que me encantó. Sobre maternidad pero escrito con un indudable estilo literario que me era lejanamente familiar.

Leí unas cuantas entradas. Y entonces, de repente, lo vi. La autora participaba en una película. Y uno de los directores era Martín Garzo. Un escritor que me gusta y que me fascinó hace unos años por una novela, Historias de Marta y Fernando, que me quitó el aliento en un viaje en autobús por la carretera de Valencia.

La saqué de la biblioteca por el título, que lleva mi nombre, y la he intentando comprar muchas veces, sin éxito. Me gustaría releerla porque me removió. O quizá sea mejor mantener el recuerdo.

A lo que iba. Resulta que la autora del blog es hija del escritor. Lo más sorprendente es que yo no tenía ese dato. Tengo una memoria peculiar, y en mi base de datos particular figuran la fecha de nacimiento de todos cuantos me rodean. Escritores, cantantes o deportistas incluídos. Y alumnos, por cierto. Y sus familiares. Y no me constaba que Gustavo Martín Garzo tuviera una hija. Le hacía más joven. Estoy perdiendo facultades.

Ese estilo que me parecía reconocer era similar al de su padre. Una forma de escribir que se recrea, que relame las palabras, que cuenta como si estuvieras escuchando.

No he podido leer el blog entero, llevo un mes escasa de tiempo libre, pero me ha gustado mucho. Ha sido una casualidad de las que te hacen creer en el destino. Un paréntesis de la vorágine en la que vivo desde hace un mes.

Que se me olvidaba. Es este.

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