martes, 23 de junio de 2015

El (des)orden

Yo soy una persona ordenada. Incluso se me podría calificar de maniática. Seguramente el Padre de las Criaturas me definiría como obsesiva compulsiva con rasgos psicópatas. Qué exageración, cómo se nota que es andaluz.

Yo disfruto cuando, dos veces al año, hay que sacar la ropa de invierno y guardar la de verano y viceversa. Ordeno camisetas por tamaños, pantalones por colores y jerseys por grosor. Y me encanta. Da gusto abrir el armario el día siguiente y contemplarlo todo en su sitio (añádase un suspiro de emoción)

Cuando estudiaba en la biblioteca, tenía los bolígrafos alineados, los apuntes subrayados con códigos de colores y los montones de folios equidistantes. Ay del que osase descolocarlos.

Pero un buen día llegan Los Niños. Al principio puedes controlarlo, la que desordenas eres tú, que no sabes qué hacer con tanta ropa vomitada, sábanas meadas y cubo de basura rebosante de pañales. Respiras hondo y decides que es más importante dormir diez minutos que pasar la fregona. Y es que ES más importante, incluso vital, aunque el párpado empiece a palpitarte al ver las pelusas en un rincón o los cojines tirados de cualquier manera en el sofá.

Estas decisiones tan difíciles traen consecuencias a largo plazo. Yo confieso que muchas noches, cuando me levanto a atender a mis insomnes retoños, me paso por el salón y ahueco cojines que coloco con las rayas en vertical en cada esquina del sofá. Lo mismo están empezando a comprender al Padre de las Criaturas...

Cuando esos seres otrora angelicales alcanzan más o menos el año de edad ya desordenan por sí solos. Sacan juguetes, vacían cajones, vuelcan bolsos... La Madre en otro tiempo maniática les sigue recogiendo construcciones, cochecitos, trozos de lo que fueron revistas o pinturas, lo mismo da. Hasta que te das cuenta de que no puedes vivir agachada  (sí, una revelación muy a lo Che Guevara) y decides que puedes intentar sobrevivir en el caos.

Yo ahora me puedo acostar y dormir casi plácidamente aunque haya un Rayo MacQueen en medio del salón, despuntar judías verdes con bloques de Lego desparramados en la cocina o incluso ducharme con Spider vigilando desde el borde de la bañera.

Eso sí, cuando lleguen a la adolescencia no va a haber tregua. Que se vayan preparando...


No hay comentarios:

Publicar un comentario