sábado, 25 de julio de 2015

La alimentación

Hace un lustro yo desconocía lo que significaba AC o LM. Ahora estas siglas me acompañan y, a veces, incluso, me causan pesadillas....

Mis dos pequeños se han alimentado con lactancia materna (LM) en exclusiva hasta los seis meses. Ha habido ratos duros, sobre todo en el primer caso, pero ha sido una experiencia muy bonita. Chicote mamó hasta los veinticinco meses, cuando me anunció que la teta "estaba mala", coincidiendo con mi cuarto mes de embarazo y el cambio hormonal sobre el que ya había leído y que, al parecer, hace que varíe el sabor de la leche.

Aparte de mi leche (a la que, por cierto, muchos miembros de mi familia se empeñan en calificar de "mala", a juego con el carácter), mi hijo mayor comenzó con AC ( alimentación complementaria) a los seis meses, como un reloj. Cereales mezclados con agüita, puré de verduras y papilla de frutas. Todo con bastante éxito. Siempre ha comido bien y de todo. Con un añito ya cenaba sólidos: tortilla, albóndigas, arroz....

Con Peque empezamos igual. Bueno, casi, que alguna cosa ha cambiado en las instrucciones pediátrica a en estos dos años y medio. Pero con una suerte muy distinta. Peque no come. Nada. Mama como un cochinillo, a demanda, y sigue cogiendo peso, pero, a punto de cumplir ocho meses, no hay manera de que pruebe otra cosa.

Todos los días le doy su puré, del que, con suerte, come tres cucharadas los días buenos. Yo no soy partidaria de forzarle, así que, cuando llevo unos cuantos intentos de que abra la boca, lo dejo para el día siguiente.

Por la tarde, fruta. Y más de lo mismo.

Antes de ayer probé con plátano machacado. Le encantó. Se comió un buen trozo y luego chupó el plátano entero. En total, debió comer el tamaño correspondiente a la uña de un dedo gordo de adulto, pero me pareció un triunfo. Incluso busqué información sobre el baby led weaning. Qué bien, mi bebé desdentado va a empezar con sólidos y se va a saltar las papillas, a pesar de que viviré al borde del infarto pensando en los atragantamientos.

Pero ayer nada. Ni plátano machacado, ni patata cocida ni puré ni leches. Bueno, leches sí. Menos mal.

Así que no sé qué hacer. Seguir con la LM a demanda hasta que entre en la adolescencia, intentar meter cucharadas a traición, ponerle delante un filete a ver si se anima o huir a la hora de comer.

Menos mal que es el segundo. Y una se lo toma de otra manera....

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