miércoles, 2 de marzo de 2016

El reparto

Podría hablar del desgobierno en el que vivimos desde hace más de dos meses, pero intentando enterarme de los entresijos de posibles pactos para formarlo, he hallado esto. Es un artículo titulado El permiso de paternidad recogido en el pacto indigna a las expertas. Lo leo y, aunque no me queda claro quiénes son las expertas, reflexiono.

Antes de ser madre yo creía que sí, que los padres debían tener el mismo tiempo de permiso que las madres, y dividir el cuidado del recién nacido. Ahora no lo veo tan claro.

Cuando tuve a Chicote me dejaron un libro de Carlos González. Me llamó mucho la atención que, en caso de divorcio, el famoso pediatra se mostrase absolutamente en contra de la custodia compartida. Decía (cito de memoria) que un niño pequeño no debe separarse de su madre en fines de semana alternos y equiparaba al padre casi con un desconocido. Reconozco que me escandalizó un poco, pero luego me hizo hasta gracia.

Creo que mis bebés no han tenido la misma relación conmigo que con su padre. Cuando crecen cambia, pero al nacer han estado más apegados a mí. Normal. Yo les he alimentado y he pasado con ellos mucho, muchísimo más tiempo que su padre.

Ahora hace falta preguntase el porqué.  Con mis hijos tengo claro que la lactancia materna ha sido fundamental en ese apego hacia su madre. Y eso me temo que no lo puedo  repartir. Si El Padre de las Criaturas hubiese tenido más días de permiso o su trabajo le hubiera permitido coger una excedencia quizá hubiera sido distinto.

En mi caso tengo suerte, los funcionarios no tenemos muchos problemas a la hora de ausentarnos sin cobrar (cobrando ya es más difícil, aunque penséis que no)

¿Qué hace falta en este país para que la conciliación sea posible? Pues tres o cuatro cosas fundamentales. Aumentar el permiso de paternidad es una. Y urgente. Quince días son irrisorios.

Pero aumentar el de maternidad es otra urgencia. En las clases preparto se hartaban de decirnos que la OMS aconseja lactancia materna exclusiva durante seis meses. Pero si a las dieciséis semanas hay que volver al tajo a mí lo me salen las cuentas.

Y si das biberón es más de lo mismo. Un bebé de menos de cinco meses es tan pequeño que separarte de él ocho o diez horas diarias da hasta vértigo.

Racionalizar los horarios es otra historia. Y ya no hablamos sólo de bebés lactantes. Tener niños en edad escolar y jornada laboral de nueve a ocho es más complicado que cuadrar diputados para votar investiduras.

Y hay otra cosa que se nos olvida. Criar niños no es alejarte del mercado laboral, no es perder oportunidades, no es dejar de lado nada. Criar hijos es necesario, es fundamental. Es uno de los
pilares de nuestra envejecida sociedad. Cuando las españolas tenemos a nuestro primogénito entrada la treintena no sabemos si volcarnos en su cuidado, absorbidas por esa nueva vida que de pronto llena la nuestra, si intentar seguir más o menos como antes o convertirnos en Wonder Woman y trabajar, ocuparnos de los niños, tener vida social y salir de casa peinadas todas las mañanas. De recuperar la figura no hablamos porque con tanto trajín lo normal es que nos falten unos cuantos kilos.

Quizá con un permiso de maternidad algo más largo para ambos progenitores y, sobre todo, con la posibilidad de decidir cuándo volver al mundo laboral sin que nadie nos juzgue por ello tendríamos una mayor calidad de vida. A mí ( y seguramente a otras mujeres pero no a todas) me ha encantado quedarme en casa con mis niños un añito entero. Lo necesitaba. Y no lo cambiaría por nada, ni se lo hubiera cedido a mi pareja. Aunque hubiese sido genial que él se hubiera podido quedar con nosotros una temporada.

Sobre todo eso. Que podamos decidir. Para todo.

1 comentario:

  1. Pero qué razón tienes...y menos mal que estamos en Europa...jejeje...igualito nuestro permiso de maternidad que el de Finlandia, Dinamarca, etc.
    Hay muchos problemas de base y mientras no se concilie la vida familiar y la vida laboral no avanzaremos nunca, parece ser que importan más los diputados que los nuevos nacimientos, mucho más necesarios estos últimos....pero bueno, encima tendremos que dar gracias por poder elegir quedarnos un año con nuestros retoños.
    Un besazo

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