martes, 8 de septiembre de 2015

La Educación

Así, con mayúscula.  La Educación es el principio de todo, es lo fundamental que vamos a dejar a nuestros hijos, es algo tan básico que parece mentira que en este país ni siquiera tengamos consenso sobre la misma. 

Educación son muchas cosas. Se educa en casa, en el parque, en el cole y con la tele. Educamos los padres, los profesores, los abuelos y los amigos. Educamos (sobre todo) con el ejemplo y hasta cuando no queremos educar. Educamos cuando mal educamos. 

Lo de ser padres se va complicando. Al principio tienes un cachorrillo maravilloso al que hay que alimentar y proteger. Es cansado pero es fácil, todos los mamíferos vienen a hacer algo parecido. Pero luego ese animalito indefenso aprende a hablar, a pedir, a exigir. Hay que poner limítes, que trazar normas. El pequeñín se enfada, tiene rabietas, muchas veces no se comporta como nos gustaría. Incluso nos agota, no razona como un adulto y cuesta hacerle entender algunas cosas. Y otras, simplemente, no quiere entenderlas. Son pequeños pero muy listos. 

Los niños comen, juegan, duermen. No siempre tienen ganas de hacer todo esto. Hay que negociar, convencer, imponer. Hay muchas maneras de educar. 

Los niños no vienen con libro de instrucciones. Ninguna universidad te enseña a educar a tus hijos ( si me he perdido alguna que con la última reforma de Bolonia incluya un plan de estudios que verse sobre esta materia, por favor, queridos lectores, agradecería me lo comunicasen. Y ya podrían estrenar algún comentario, que no los cobro, oiga) Ningún otro padre te puede enseñar. Lo que valía ayer para un hijo quizá ya no sirva hoy para otro. 

Educar es una aventura tan larga como la vida. 

Hoy mi Chicote ha empezado el cole. Primero de Infantil, ahí es nada. Sé que mi niño ya trae algunas trazas de esa Educación de casa. Sé que sus profes (que me encantaron en la reunión) van a educarle sin remedio estos es años. No es su trabajo, es el mío, pero las maestras son así de estupendas. Cuesta no educar a veintidós niños con los que van a convivir tantas horas al día. 

Y me he dado cuenta de otra cosa. Tengo que cuidar mucho la Educación de mis pequeños. No les puedo dejar enchufados a la tele (mamá, si me pones la tele me quedo un rato tranquilito, me dice Chicote, que ya apunta maneras) ni desentenderme de ellos en el parque. Son esponjas, todo lo absorben. Y de nosotros depende el aclarado. 

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