miércoles, 16 de septiembre de 2015

Los principios

Chicote lleva ya una semana y un día de cole. La primera vez que entró, no derramó ni una lágrima, mi valiente. Yo casi no me lo creía, y mi cuñado estaba convencido de que en el fondo me daba pena no ver al muchacho afectado por la separación. Pero conozco a mi hijo como si lo hubiese parido (qué chiste tan fácil, perdónenme, es la falta de sueño) y las lágrimas acabaron apareciendo. El tercer día me confesó que había llorado pero muy poquito, mamá, en seguida se me pasó. A mí se me encogió el estómago. Ay, mi pequeño llorando al entrar, lejos de mi vista, sin poder consolarlo y, encima, yo presumiendo de tranquilidad delante de las otras madres.

Y llegó el viernes. Y ahí lloró. Delante de mí. Mi pequeñín. Y luego el lunes. Fin de semana por medio. Qué hecatombe. Fue El Niño que más lloró de toda la Submeseta Norte. Seguro. Agarrado a mí y pidiéndome que no le dejase. Y cómo se queda una, oiga. De buena gana le habría acompañado en sus llantos. Qué duro es ver sufrir a tu pequeño y no poder ayudarlo.

El martes nos acompañó El Padre de las Criaturas. Le explicó a Chicote, que ya había llorado un rato en casa, y me había pedido que no le llevase al colegio, por favor, que si veía a algún niño llorando tenía que hacerle el robot para que se le pasara ( es una de sus imitaciones estrella) Y ahí se plantó mi chico, a hacerle el robot a un compañero de guarde que estaba un poco triste. Ni medio pucherito.

Esta mañana, cuando llegábamos, había un pequeño sollozando a moco tendido. Mamá, -me dice Chicote- ¿le hago el robot?

Me quedan muchos baches más. Sé que habrá más lloros, algún día puntual, o alguna rachita peor. Y todavía no se va a quedar a comedor, pero todo llegará. Por no hablar de los horarios, que todavía no nos hemos hecho y andamos con unas ojeras que ni la Familia Adams. Mi hijo ha empezado una nueva etapa larga y emocionante. Todavía es muy pequeño y son muchos cambios. Para él y para mí. De repente tiene que ser autónomo, y no puedo imaginarlo comiendo solito, abriendo su zumito para la merienda del recreo o limpiándose en el váter... Lo hará, claro, pero es raro pensar que no voy a estar a su lado ni va a haber nadie que me lo cuente de primera mano. Ánimo, madres de escolares primerizos. Que los necesitamos....

1 comentario:

  1. Ánimo mamá....ya verás como Chicote puede con ello y aprende a ser independiente, aún así te seguirá necesitando, y mucho. Voy a ver si duermo aunque sea una horita. Oiga...puerperio controlado!!!! Besos

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