jueves, 5 de noviembre de 2015

Las manualidades



Cuando tienes un hijo eres consciente de que vas a hacer muchas cosas nuevas. Vas a cambiar pañales. Vas a dormir (muy) poco. Vas a tener horarios distintos. Vas a vestir y desvestir a otra personita todos los días. Varias veces, incluso.

Pero nadie te avisa de una cosa. Nadie te habla de las manualidades. Coser, cortar, pegar, cocinar. Varias veces al año. Da igual que seas torpe. Da igual que no seas capaz de enhebrar una aguja o freír  un huevo. Hay que sacar el lado creativo. O estarás condenad@ al ostracismo en grupos de whatsapp maternales y a la salida del colegio. Es lo que hay. Benditos tutoriales de YouTube.

En la guarde fueron los disfraces. Dos años de Chicote hacen dos Halloween, dos Navidades, dos Carnavales y dos fiestas fin de curso. Sumen ustedes. Menos mal que tengo a La Abuela. Apañada, rápida y con un manejo de Internet nivel usuario avanzado por si la creatividad anda esquiva. Así mi niño ha ido de Mickey, pastorcillo, pollito, pirata, brujo, rey mago y elefante. Todos caseros. No hemos comprado ni una careta en los chinos.

Pero llega el cole. El Cole. Todavía no hace tres meses que vamos a clase. Y hemos tenido fiesta de Halloween, del otoño y un par de trabajitos manuales. Qué agotador.

La Abuela hizo un disfraz de murciélago (la temática era libre pero Chicote dijo que quería murciélago ¿? y La Abuela no pudo resistirse ni sucumbir a los disfraces del chino. Que para Halloween son buen apañados) que me río yo de Maty.


Luego los ttabajos manuales. Otras dos tardes me pasé recortando revistas, evitando que Chicote blandiese las tijeras y quitando pegotes de pegamento de la mesa del salón. Seguro que Peque se comió alguno. A ver si así se alimenta de algo.

Y mañana es el gran día. La fiesta del otoño. Hay que vestirlos en tonos ocres (que ya sabemos que es un must it en un fondo de armario de niño de tres años) y deben llevar un desayuno creativo hecho con pera. Toma. Así que he buceado en Internet y, tras desechar unas cuantas ideas e inspirarme (sí, me he venido arriba) un poco he cocinado peras-ratones. Adornados con pipas, fideos de chocolate, orejones y espaguetis. Suena asqueroso pero ha quedado monísimo. A ver en qué estado llegan mañana.

En fin. Veo en un horizonte cada vez más próximo la Navidad. Y me echo a temblar.


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