Pero, ¿cómo? ¿ya? ¿en serio? Un añito... Ha sido, posiblemente, el año más rápido de mi vida. Hace un momento tenía contracciones, estaba de parto, tocaba a mi niño por primera vez... Llegábamos a casa, nos hacíamos a ser cuatro en la familia, pasábamos las primeras noches.
Y aquí está mi Peque, aprendiendo a soplar la velita, a ponerse de pie solito, a intentar dar pasos. Gateando, cogiendo la cuchara y llevándosela a la boca (sin comida dentro, pero es un primer paso) jugando con su hermano y gritándole cuando le quita los juguetes.
Volviéndose loco de contento a la hora del baño, lanzando pelotas, estrujando globos, persiguiendo la aspiradora e intentando tocar las lámparas. Haciendo que habla por teléfono, bailando cuando oye música, abriendo cajones sin pillarse los dedos.
Sonriendo mucho, sonriendo a todos. Señalando los columpios y echando los brazos a su abuela. Con la vista puesta en su hermano, tratando de teclear en el ordenador, de desbloquear el móvil y de agarrar la tablet.
Quitándose los calcetines, pataleando y retorciéndose a la hora de vestirlo. Sacando la ropa de la lavadora o subiendo escaleras. Arrancando hojas de revistas y pasando páginas de libros. Dando un coscorroncillo cuando le inclinas la frente.
Babeando y metiéndose todo (menos la comida) en la boca. Bebiendo agua del vaso hasta que se atraganta. Haciendo muy feliz a su madre.
Felicidadades.
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